miércoles, 9 de mayo de 2012

Su lucha por los derechos humanos

Fue uno de los líderes más importantes del movimiento de derechos humanos que surgió espontáneamente en la Argentina durante la dictadura militar que gobernó la Argentina entre marzo de 1976 y diciembre de 1983. Cuando volvió la democracia siguió dirigiendo y guiando el movimiento dando a conocer en el país y el extranjero las decenas de miles de crímenes y atrocidades cometidos por la dictadura durante los años del terrorismo de estado. También contribuyó al esfuerzo para juzgar a los perpetradores de esos crímenes para asegurar que un régimen de terrorismo de estado nunca más volviera a la Argentina y para asegurar y fortalecer la democracia en la Argentina.
Su trabajo en derechos humanos fue reconocido internacionalmente. En 1983 recibió el Premio de derechos humanos Letelier-Moffitt del Institute for Policy Studies en Washington, D.C. Posteriormente recibió el premio Roger E. Joseph Award otorgado por el Hebrew Union College en New York y el premio Derechos Humanos otorgado por el Lawyers Committee for Human Rights de Nueva York. También sirvió en cargos directivas en numerosas organizaciones internacionales dedicadas a los derechos humanos, incluyendo el Kellogg Institute of the University of Notre Dame, Article 19 and the Center for Justice and International Law.
El compromiso de Emilio Mignone con los derechos humanos estaba basado en su fe. Toda su vida fue un católico laico dedicado a la vida de la iglesia. A principios de los setenta comprendió que una de las misiones de la iglesia era denunciar las injusticias y proteger los derechos humanos. En la madrugada del 14 de mayo de 1976, Mónica, hija de Emilio que tenía 24 años fue secuestrada de la casa de Mignone y nunca más fue vista. Mónica fue uno de miles de detenidos-desaparecidos que desaparecieron durante los años del terror del estado y que nunca más fueron vistos.
A partir del 14 de mayo de 1976 Emilio dedicó su vida a buscar a su hija. Escribió cartas abiertas a los generales que gobernaban el país, visito los cuarteles, se entrevisto con funcionarios del gobierno, sacerdotes, obispos y cardenales de la iglesia católica. Al mismo tiempo ayudó a organizar las nuevas organizaciones de derechos humanos que se establecían en el país. En 1976 fue designado Vice Presidente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos. En 1979 fundó con otros padres de detenidos desaparecidos el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). También contribuyó al desarrollo del Movimiento Ecuménico por los derechos humanos y apoyo desde sus comienzos los movimientos de las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo, movimientos emblemáticos de la lucha por los derechos humanos en la Argentina durante y después de la dictadura.
Su contribución institucional más importante fue su liderazgo frente al Centro de Estudios Legales y Sociales, que jugó un papel clave en la documentación de los crímenes de la dictadura y proveyó pruebas en el juzgamiento de los perpetradores del terrorismo de estado. CELS también ayudó a muchas personas en el esfuerzo para que el sistema judicial respondiera a sus necesidades. Hoy el CELS es la ONG más grande que aboga por los derechos humanos y la reforma democrática de las instituciones en la Argentina y es considerado un modelo para otras instituciones similares en el mundo.
Durante la dictadura Emilio se quedó en la Argentina con su esposa e hijos defendiendo los derechos y arriesgando su vida y fue detenido por el régimen en enero de 1981 que felizmente tuvo que soltarlo por efecto de la presión internacional. Aunque Emilio residió en el país al darse cuenta que el régimen nunca daría información a los familiares sobre los miles de detenidos-desaparecidos también desafió la dictadura viajando por el mundo para obtener solidad internacional para la causa de los derechos humanos, sin embargo siempre volvía al país.
Emilio Mignone fue uno de los dirigentes más eficaces del movimiento de derechos humanos contra las desapariciones, la tortura y los miles de asesinatos políticos realizado por el estado. Ayudó a documentar los crímenes, asistió las víctimas y los familiares por medio del sistema judicial y utilizo todos los componentes del sistema internacional para la protección de los derechos humanos, incluyendo primero y ante todos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estado Americanos (OEA), la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y muchas organizaciones no gubernamentales: Amnesty International, the Washington Office on Latin America, the Lawyers Committee for Human Rights y Americas Watch (actualmente llamado Human Rights Watch), por nombrar unas pocas.
Emilio fue testigo en los juicios que condenaron a cinco militares de alta graduación por violar los derechos humanos en 1985, se opuso a los esfuerzos de una administración democráticamente elegida para restingar el enjuiciamiento de los militares por la violación de los derechos humanos y escribió libros sobre la reforma constitucional, educación y derechos humanos y las relaciones entre la iglesia y el estado durante el gobierno militar.
Uno de sus proyectos se hizo realidad cuando se creo el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria la primera entidad creada en la Argentina para acreditar universidades de la cual fue presidente hasta su fallecimiento. Mignone pensaba que la educación era un pilar para el movimiento de derechos humanos y esto lo llevó a escribir libros de texto sobre las ciencias sociales y un Manual sobre la Constitución Argentina de 1994.

Fuente: http://www.cels.org.ar/common/documentos/Biografia_EFMignone.pdf




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